Ene 21 2018

Cómo se define al niño desde la perspectiva psicoanalítica

Al ser el niño el protagonista es indispensable comenzar destacando la definición de niño que nos brinda el psicoanálisis.
Distanciándose de la psicología y la pedagogía que plantean a un niño evolutivo, que a cada momento le corresponde ciertos esperables, niño es un ideal evolutivo.

A diferencia de lo anteriormente expuesto para el psicoanálisis no se trata de un niño que está determinado por etapas evolutivas, sino todo lo contrario.

El niño, ya antes de nacer, porta los emblemas paternos, ésto marcará al nacido, que irá produciendo su subjetividad en los intentos de relación con el Otro (la referencia al Otro, es a quién está ligado al niño a partir de su crianza, padres, maestros, tutores).
Freud plantea al niño como un sujeto en vía de construcción. Esta conformación de su subjetividad requiere a su vez que el niño sea capaz de ir desatándose de las marcas del Otro.

Desde esta misma línea teórica la psicoanalista Françoise Dolto reconoce al niño desde su más temprana infancia como sujeto de sí mismo. A lo largo de su obra, dicha autora intenta sacar al niño de su estatuto de infante, cuya etimología significa aquel que no tiene derecho a la palabra.

Siguiendo el pensamiento freudiano, se piensa a la infancia como un periodo traumático atravesado por lo pulsional (el deseo de hacer) que desborda el aparato psíquico, pero a su vez lo constituye. En la infancia se producen movimientos de afectos importantes que llegan a desbordar al sujeto exponiéndolo a efectos traumáticos.

De acuerdo al concepto que los adultos tengan del niño así será esperado, libidinizado y sostenido afectivamente.

Haciendo un poco de historia, en la edad media socialmente no existía la categoría de niño o la misma era muy ambigua. Desde el registro especular se pueden observar pinturas de época donde los niños vestían como adultos, teniendo asignadas tareas dentro y fuera del hogar.

Con la llegada de la escolarización, que se inicia entre los siglos XV y XVI, se comienza a definir de qué se trata un niño, pero no cómo se trata a un niño.

De algún modo la educación hace a la norma, pero cinco siglos después hay algunos que siguen viendo a los niños desde la norma, obviamente desde el campo adulto, donde se va constituyendo el niño y con rigor. Cuando un niño no es lo esperado, desesperadamente se busca, de algún modo, normativizarlo como se desee, alienando al niño que no podrá actuar conforme a su deseo.