Ene 25 2019

El desarrollo temprano y su importancia para la psicología

Inicialmente es de suma importancia rescatar la concepción de bebé desde la cual se hablará: Se concibe al bebé como un individuo puramente activo, partícipe de la interacción, no es aquí sólo receptor por el hecho que su lenguaje no sea oral, sino todo lo contrario. El lenguaje que pone en juego la interacción no es solamente oral, el bebé no habla pero sí emite sonidos, se da así entre la madre y el bebé lo que se llama protoconversación; es la conversación de un niño y su madre, teniendo en cuenta la correlación entre las actitudes musculares del niño y la madre, las entonaciones, los turnos de emisión de sonidos, etc.

El estudio del desarrollo temprano es importante ya que nos brinda la posibilidad de entender las primeras interacciones del bebé, a partir de poder comprender el proceso de subjetivación que se produce en el seno de estos intercambios, teniendo en cuenta la aportación tanto de lo biológico como de lo social.

Es de suma importancia abordar el proceso de interacción entre la madre y su bebé, proceso que con posterioridad dará lugar a la estructuración subjetiva del psiquismo del niño. Según Brazelton, el embarazo da lugar al nacimiento del vínculo entre el bebé y sus padres, luego con el nacimiento de ese bebé este vínculo se va a ir construyendo sobre relaciones que se han ido gestándose previamente, juntándose así tres bebés:

  • El hijo imaginario que fue pensado y fantaseado.
  • El feto aún no visible, pero real.
  • El bebé real que pueden oír, tocar y sentir.

El rol del padre presente es de sostén para la madre y de vehículo para posibilitar la inserción del nuevo integrante a la diada parental.

Con el nacimiento del bebé, en los padres se reactualizan sus propias historias de vida como niños y las relaciones que llevaron con sus propios padres. Todas las interpretaciones subjetivas que estos padres realizan acerca del bebé son construidas a partir de vivencias originadas en su infancia.

Daniel Stern basó sus estudios en el proceso de reciprocidad que se da en interacción madre-lactante; este tipo de interacción es dada cara a cara. Cuando la interacción es lúdica entre la madre y el lactante, la madre no tiene ninguna tarea por realizar (cambio de pañales, alimentación, etc.) ni tampoco sus pensamientos están ocupados en qué tareas tiene que realizar, no hay planificación alguna, todo se da de forma espontánea, la meta principal de la interacción lúdica es divertir, interesar y procurar placer al otro, no hay otra finalidad que estar juntos.

Entre madre-lactante existe una sincronía relacional, ya que esta interacción cara a cara se apoya en un sistema de feedback o retroalimentación mutua, donde existen umbrales que determinan el nivel y amplitud de tolerancia de la excitación, estos umbrales dan la posibilidad que tanto madre como lactante tengan un rango para poder diferenciar si se sobrepasa el nivel de tolerancia y se llega a una hiperestimulación, o si el nivel ha descendido por debajo del umbral y se da una hipoestimulación.

La mayoría de las sesiones de juego pasan por periodos de excitación-tranquilidad, antes de recomenzar el próximo ciclo de intensificación y aminoración.

Madre-lactante intentan un constante ajuste para lograr el nivel óptimo de excitación. Durante la interacción existen constantes reajustes de sus comportamientos para poder sostener este margen óptimo; cuando este es logrado se da la sincronía relacional y se puede decir que madre e hijo danzan al unísono. Entre madre-lactante se establecen pautas diádicas que constituyen los márgenes para lograr que la interacción se dé en intervalos óptimos.

Cuando la madre no respeta las pautas de su bebé, se da lo que se llama hiperestimulación, la madre sobrepasa los niveles de excitación, excede el nivel de tolerancia del niño obligándolo a realizar alguna maniobra forzosa de copia o adaptación, para evitar o corregir la situación o para señalar a la madre que altere el ambiente inmediato de estímulo. La madre debe ser capaz de leer estas señales en su bebé y poder ajustarse a la situación de su hijo.


Nov 27 2018

El proceso de interacción madre-hijo. Las fallas a tener en cuenta

Daniel Stern enuncia que pueden existir fallas tanto del lado de la madre como del lado del bebé que perjudican la sincronía relacional de la interacción lúdica.

Uno de los modos de desregulación de la interacción es la hiperestimulación donde el impulso inicial procede de la madre, por ejemplo cuando ella tiene un comportamiento entrometido, cuyo fin sólo se reduce a controlar, esto supone una interferencia con los comportamientos autorreguladores del niño, así si el niño desvía la mirada y esta acción no es respetada por su madre como un momento de relajación, el niño se ve dificultado en el acceso a su finalidad, se ve privado de uno de sus principales mecanismos autorreguladores para adaptarse al nivel de estimulación. Lo importante es que durante esta secuencia el niño pierde la posibilidad de aprender a regular con éxito el mundo exterior y su propio estado interno mediante el empleo de la comunicación emocional.

Cuando un niño presenta cierto grado de retraso en su desarrollo puede suceder que los comportamientos de una madre que suelen resultar apropiados para un niño normal, aparecen como controladores o entrometidos. También se puede dar la situación que la madre incurra en estos comportamientos con el fin de forzar la capacidad de respuesta de su hijo a la estimulación.

Otro tipo de disregulación en la interacción es cuando se da la hipoestimulación, esto es cuando el nivel de excitación y emoción desciende o se mantiene por debajo del nivel óptimo. Esto puede darse en madres que tienen trastornos en cuanto a la capacidad para llevar a cabo comportamientos sociales, ejemplos:

Madres deprimidas: Son madres capaces de llevar a cabo todas las tareas prácticas relativas al cuidado de su hijo, pero se ven imposibilitadas de alegrar su rostro, su voz o movimientos para interactuar con su bebé, serán incapaz de jugar con su propio comportamiento a fin de jugar con su hijo.

Daniel Stern habla también de madres restringidas en sus respuestas emocionales a causa de un proceso esquizofrénico; estas poseen una reducida capacidad para modular la intensidad y la riqueza de la estimulación que proporcionan a sus hijos.

Otro caso son las madres con inhibición de la espontaneidad, o la madre normal, pero preocupada obsesivamente por pensamientos que no están relacionados con su bebé, o aquella madre que pasa por un proceso de resentimiento y rechaza al niño o su papel como madre.


Ene 27 2013

Los distintos tipos de apego según los desarrollos de John Bowlby

John Bowlby desarrolló una teoría actitudinal desde la etología. La etología estudia el comportamiento comparado entre el hombre y el animal. Bolwby con su teoría explica por qué los seres humanos tienden a construir lazos fuertes, selectivos, duraderos y cómo la disrupción o amenazas de disrupción de dichos lazos pueden ocasionar dolorosas emociones, ulteriormente psicopatológicas.

La teoría del apego enuncia la propensión de los seres humanos a establecer fuertes lazos afectivos hacia otros. La conducta de apego es cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo.

El apego en la relación madre-hijo supone que si la madre está capacitada para proporcionarle a su hijo la posibilidad de desarrollar un apego seguro con respecto a ella, el niño tendrá una base segura, esto dará como resultado la seguridad que puede explorar el mundo sabiendo que tiene en su madre un lugar seguro y de contención emocional al cual volver si se siente amenazado.

Saber que la figura de apego es accesible y sensible le da a la persona un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad y la alienta a continuar y valorar la relación.

Bolwby enuncia que la conducta de apego es obvia en la primera infancia, pero puede observarse a lo largo de toda la vida de una persona, sobre todo en situaciones de emergencia. La función biológica que se le atribuye a esta conducta es la de protección.

El desarrollo de la conducta de apego, que tiene como objetivo la conservación de la proximidad o de accesibilidad a la figura materna, exige que el niño haya desarrollado la capacidad cognitiva de conservar a su madre en la mente cuando ella no está presente; esta capacidad le permite al niño soportar la ausencia de su madre y reconocerla cuando regresa.

Se establecen según la relación de la madre con su bebé diferentes pautas de apego, estas pautas están influidas por el modo en que los padres tratan al niño:

Apego seguro: Es aquel en el que el niño confía en que sus padres serán accesibles, sensibles y colaboradores con él si se encuentra en una situación atemorizante. Teniendo esta seguridad el niño se atreve a hacer sus exploraciones del mundo.

Apego ansioso resistente: Es aquella conducta que expresa un niño inseguro de si su madre o progenitor será accesible o sensible, o si lo ayudará cuando lo necesite. Esta pauta es favorecida cuando el progenitor se muestra accesible en algunas ocasiones y en otras no, también se da por las separaciones y por las amenazas de abandono utilizadas como control.

Apego ansioso elusivo: El niño no confía en que cuando busque cuidados recibirá respuesta, sino por lo contrario espera ser desairado, así intenta volverse emocionalmente autosuficiente. Esta pauta es el resultado del constante rechazo de la madre cuando el niño se acerca a ella en busca de consuelo y protección.

El desarrollo temprano nos abre una ventana a la comprensión de muchas patologías que se encuentran hoy en día.

Es evidente la necesidad de conocer y profundizar temas relacionados con las primeras interacciones del niño con su entorno, ya que estas primeras interacciones son las que van a servir de basamento para todas las posteriores interacciones del niño con la sociedad, son las que van a determinar en el niño una particular manera de relacionarse.

A partir del estudio de estas relaciones madre- hijo se podrá establecer el curso probable de las relaciones interpersonales, ya que son estas relaciones primarias las que influyen en el curso de las futuras relaciones, el niño en este período está aprendiendo lo que ha de esperar de otro ser humano, cómo tratar con él y cómo ser a su respecto.

Es de suma importancia tener en cuenta esto, ya que es en este período del desarrollo cuando el niño va aprendiendo a estar con alguien, a comunicarse, a crear y compartir experiencias.

El tener en cuenta todas las teorizaciones sobre las relaciones tempranas, el desarrollo del niño como producto de estas relaciones y su estructuración como sujeto en el seno de toda esta trama relacional, da la posibilidad a pensar que todo profesional de la psicología, y por ende de la salud mental, no debe ser ajeno a la importancia del desarrollo de esta etapa vital del sujeto, ya que con quien nos encontramos en el análisis es con el niño mítico, reconstruido a partir de la sesión analítica.

Es de suma importancia el desarrollo de estas temáticas que se evidencian en el día a día, y en las patologías que llegan a la clínica, porque esto deja ver lo importante de las relaciones primarias y el desarrollo temprano.